Franquicias: cuando tu comunicación no solo depende de ti

Tener una buen sistema de comunicación para tu negocio no siempre depende de ti… ¿o sí?

Si en algún momento tú o algún conocido decidieron saltar al mundo de los negocios, probablemente se encontraron con la oportunidad de ser parte de una franquicia. Y es que, ¿a quién no le resulta atractivo tener un negocio que “ya está armado”?

Según datos de Jacobo Buzali, presidente de la Asociación Mexicana de Franquicias (AMF), México es el quinto país más importante para las franquicias, pues crean alrededor de 900,000 empleos directos. Además, para el mercado internacional también ha sido una ventana abierta, pues alrededor del 15% de las franquicias en el país son extranjeras.

¿Qué es lo que hace exitosa a una franquicia?

Ya sabemos que este tipo de modelos venden al franquiciatario -entre otras cosas- el know how, eso que se distingue por proporcionar capacitaciones, acompañamiento y manuales probados y estandarizados diseñados para mejorar las ventas, los procesos de producción, de distribución y demás.

Sin embargo, la garantía en ventas de una franquicia es cuestión de distribución y producción, mientras que el factor que hace que las personas quieran visitar al negocio se debe, en gran parte, a la comunicación de la marca.

¿La comunicación es del franquiciatario o del franquiciante?

A diferencia de otro tipo de empresas, la comunicación de las franquicias se enfoca principalmente en dos grandes perfiles, que si bien uno no es más importante que el otro, son muy diferentes entre sí. Por un lado, existe la comunicación para el consumidor, la misma a la que se dirigen la mayoría de los negocios. Pero, por el otro lado, existe la comunicación franquiciante-franquiciatarios que, así como existen procesos para estandarizar la producción, trabajar para formar criterios de unificación para la comunicación.

La forma en la que se organice la comunicación de la franquicia y sus partes dependerá totalmente de la estrategia que haya definido previamente la marca. Cuando una franquicia tiene ya varios años consolidada como marca, difícilmente se arriesgará a otorgarle total libertad a un franquiciante, sin embargo, hemos visto casos no tan exitosos en los que, por no tener una estrategia y reglas bien definidos, el franquiciatario acaba por intentar hacer su propia comunicación muy alejada de la marca.

¿Qué pasa con las franquicias en redes sociales?

Desde hace ya varios años, las franquicias empezaron a entender que las redes sociales son una oportunidad para incrementar su presencia aplicando estrategias de difusión, promoción y publicidad. Sin embargo, en Social Media todavía es común encontrarnos con una marca de franquicia con diferentes cuentas por sucursal, o con que los franquiciatarios publican cosas que quizá no están alineados a la estrategia. Esto no sólo es una mala práctica, es también el reflejo de una estrategia, si no mal definida, mal implementada. Porque cuando no hay normas claras no habrá comunicación definida.

En cambio, un franquiciatario debería ser un impulsor del crecimiento de las redes de la marca, pero no sin antes tener criterios claros de operación de franquicia, pues un error en la comunicación de un franquiciatario puede convertirse en uno más grande para la marca completa. Recordemos que en las redes sociales la voz de la marca es la que está hablando, así que esa voz debe ser una misma. Claro que entre los objetivos puede estar brindar apoyo a los franquiciatarios, pero con esfuerzos muy particulares y bien segmentados.

Entonces, ¿tener un buen sistema de comunicación depende de ti?

Sí. Si tu marca es una franquicia debes considerar que la comunicación trabaja para la marca; no para la sucursal, ni para la tienda, ni para el franquiciatario, de hecho, la comunicación existe sólo si es impulsado por todas las partes de la marca. Y no se trata de limitar la comunicación y el alcance del franquiciatario, sino de establecer los medios y formatos correctos para que la comunicación beneficie los esfuerzos de la marca completa.

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Todo sobre las marcas
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Aceptémoslo: las demandas de nuestros tiempos nos exigen aprender a movernos con sagacidad. Lo que antes era interesante y viral al día siguiente puede pasar al olvido y jamás ser rescatado. Con ello, las marcas también pueden destantearse: ¿les siguen hablando a las mismas personas? ¿han sabido mantenerse vigentes en las conversaciones? Ante estas búsquedas es natural que una de las decisiones por las que pasen tarde o temprano es el tema de su logo e incluso su identidad: ¿vale la pena reinventarse con lo que ya hay, o es mejor iniciar una nueva marca desde cero?

Esta decisión es importante, sobre todo porque de ahí se desprenden temas como qué tan accesible es hacerlo, o qué tanto tiempo y esfuerzo se dedicará. Si tu marca tiene poco tiempo, y aún no logra una comunidad lo suficientemente grande, puede ser una opción repensar el rumbo de la comunicación, de su esencia como marca, su imagen, etc. Pero si ya llevas tiempo en el mercado, tienes ya un público fiel y personas que en general te ubican por todo lo que tu marca representa, habría que revalorar: en vez de empezar de cero, ¿por qué no refrescar lo que ya eres para reforzar tu identidad?

Vayámonos a cada uno de los escenarios: redireccionar desde cero el rumbo de tu marca significa que todo aquello que construiste para ella no será válido. También será necesario que las personas que ya ubican tu marca se familiaricen con todo lo que este cambio implica: desde un nuevo nombre, nuevo logo, colores, etc. Esto será un desafío porque no hay seguridad de que tus clientes anteriores acogerán de la misma manera este cambio. Al final, es un poco una moneda al aire. Por supuesto que es posible realizar estudios que aseguren una mayor probabilidad de que tus antiguos clientes se vayan contigo y se sientan afines a tu nueva propuesta, pero al final es un riesgo intrínseco en este proceso.

Por otro lado, puedes aprovechar todo lo que ya has construído con tu marca para darle una nueva dirección, tomando en cuenta ciertas bases en su branding para fortalecer el mensaje que se desea transmitir, hablarle a nuevos sectores de personas, o crecer junto a quienes han acompañado su camino. Este panorama abre muchas posibilidades para que la esencia y los clientes se conserven, y puede implicar una menor cantidad de recursos. ¿Por qué? Porque empezar de cero es, inevitablemente, una apuesta.

Entonces, ¿todo esto quiere decir que el escenario ideal siempre será reformular la marca y no empezar de cero? No necesariamente. Lo que es importante es ser consciente de lo que implica esta decisión: ¿tienes los recursos, el tiempo, y objetivos claros que respalden la decisión de comenzar otra vez? Si es así, adelante: muchas veces esto es lo que realmente necesita una marca para sacar todo su potencial. Sólo ten en cuenta que las personas a quienes les hablas reaccionarán de alguna manera a esto: la clave es tener la estrategia adecuada para que cada decisión tenga una base que justifique esto, y sobre todo, que esta decisión definirá muchas cosas, y es importante siempre estar preparado para saberlo llevar.

Noemi Guardado
Sep 27, 2024
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Todo sobre las marcas
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No hay duda de que un logo puede hacer una gran diferencia. Y es que convierte la comunicación de una marca y la refleja desde el primer vistazo; si se juegan bien las cartas, incluso puede ser capaz de crear experiencias memorables. Un logo que logra aportar al branding de una marca y además funciona para posicionarla, es definitivamente un elemento ganador. Pero para llegar a esto se tiene que vivir el proceso natural por el que pasa también un elemento gráfico como lo es un logo: reflejarse en el tiempo y tener la capacidad de adaptarse.

Lo hemos visto en muchas ocasiones: los logos de las marcas que adoramos o que están presentes en nuestra cultura también han pasado por épocas de transición. Todo con la finalidad de que su discurso continúe vigente mientras se aplica a su comunicación en todas sus posibilidades. Incluso, muchos de los logos que conocimos en nuestra infancia tampoco fueron su forma inicial. En muchas ocasiones, el logo original poco tiene que ver con el cómo evoluciona, pero lo importante es la habilidad de una marca para posicionarse en su presente, conservar su esencia, y transmitir una identidad.

Un ejemplo claro de esto es el logo de KIA:

Podemos observar que el logo pasó por tres etapas distintas que no se parecen en nada al que conocemos hoy en día. De su primera versión a la segunda cambiaron un logo con demasiados detalles que podían perder de vista el nombre, a una versión totalmente diferente donde era imposible hacerse una idea sobre el giro de la empresa ni su nombre. Para su siguiente forma, comienza a vislumbrarse el nombre “KIA” pero aún es difuso el mensaje. Finalmente, en 1994 aciertan con una primera versión memorable y el color rojo que hasta la fecha es parte de su sello: a partir de ese momento guiarán los siguientes dos bajo una base fuerte que permite identificar la marca, sin importar los cambios, y encontrar una transición en la evolución de una forma a otra.

Otro caso a observar puede ser el logo de BBVA: 

Originalmente aparecen las “BB” que serán parte de su logo hasta la actualidad. Pero del nombre completo “Banco de Bilbao” bastaron sólo dos versiones más para que comenzaran a simplificarlo. Primero, con las iniciales “BBV” en una tonalidad de azul similar a la que conserva la versión actual, pese a que aún está el nombre “Banco Bilbao Vizcaya” debajo. Finalmente, en 2000 pasan a ser sólo BBVA, y para el 2018 hubo una ligera actualización de la tipografía, donde las líneas se vuelven más limpias y la tipografía ya se asemeja más a una mera figura.

Toda marca necesita reinventarse de vez en cuando. Ejemplos como estos dos hay muchos: los logos de Nike, Coca Cola, BMW, Dunkin Donuts, incluso McDonalds: la forma en que se habla a una audiencia cambia a medida que la audiencia también crece, se transforma, y con ella los tiempos y contexto que viven. La evolución de un logo es, finalmente, parte orgánica de su proceso como ser vivo, en este caso una marca que sobrevive al paso del tiempo, se reinventa, y debe aprender nuevos lenguajes y perspectivas desde donde hablarle a las personas.

Noemi Guardado
Jul 10, 2024
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Entre agencias y marcas
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Elegir quién se hará cargo de las redes sociales de una marca implica pensar en diferentes aspectos. La realidad es que a cada quien le acomodan y funcionan estrategias y escenarios distintos, entonces no consideramos acertado decir si es mejor que una marca se haga cargo de su comunicación en redes sociales o que lo haga una agencia de publicidad o marketing. Lo que sí es que podemos compartir nuestra experiencia respecto a esta situación, y por qué elegimos hacerlo de esa manera.

En primer lugar, por eficiencia, en Pájaro Chato consideramos que aporta mucho valor el que una marca sea quien lleve sus redes sociales, ya que en estos casos lo más común es que la marca cuente con un equipo preparado con habilidades y la sensibilidad necesarias para resolver de manera comercial y ser más asertivos con sus ventas, además de tener la información necesaria para conocer su target. Es decir, estas interacciones suelen conllevar a una compra final y no nada más a resolver dudas y brindar información.

Esto hace sentido porque una persona que sólo se encarga de resolver dudas, como lo puede ser un administrador de redes sociales, puede brindar la información necesaria pero probablemente no cuente con la sagacidad de alguien que forma parte de la marca, que la conoce desde adentro, y que tiene el conocimiento y experiencia para encaminar cualquier interacción con clientes para que se concrete en una venta.

Por otro lado, la interacción directa con consumidores permite a la marca tener un insight muy confiable y de primera mano respecto a cómo las personas se comportan con su marca y productos, así como sus preferencias, y evidentemente, esto también puede permitir detectar problemas y oportunidades de comunicación de manera más directa.

Además, en estos casos las decisiones se procesan rápido de forma interna, objetivos de comunicación, interacción con consumidores, etc, lo cual hace que los tiempos de respuesta en atención a cliente sean más eficientes y rápidos, en cuanto a manejo de información.

Otro aspecto importante, que también está relacionado con los puntos anteriores, es la humanización de las personas detrás de un simple cliente potencial. Esto es un factor clave porque, desde nuestra perspectiva, el punto central de todo es comunicar para las personas y siempre tenerlas en cuenta.

Desde nuestra perspectiva, consideramos que uno de nuestros distintivos es que no dirigimos nuestro trabajo a la atención a clientes de una marca, sino que apoyamos en cómo dirigir su comunicación y ayudarles a implementar desde sus redes sociales, por ejemplo, para que sean ellas quienes vivan de primera mano todo el proceso y puedan intervenir de forma eficaz, rápida y eficiente a necesidades del día a día, como hacer activaciones o promociones, pero también tener comunicación directa con las personas, sus dudas y necesidades.

Y nunca olvidemos un aspecto imprescindible que debemos tener en mente siempre: entre mejor conozca a su audiencia una marca, y mejor comprenda cómo satisfacer sus necesidades, y entre más busque crear una comunicación cercana con las personas detrás de cada compra, tendrá más oportunidades de crear un engagement orgánico y genuino, que sólo a través de una cercanía genuina se puede lograr: pensar en las personas, siempre, tiene sus recompensas.

Noemi Guardado
Jun 04, 2024
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