Cuando una marca quiere ampliar su alcance y fortalecer su posicionamiento, es común que busque apoyarse de otras personas, voceros con mayor poder de convocatoria, reconocimiento o “seguidores”.
En ese proceso de pensamiento y selección, un error común de muchas marcas es creer que utilizar la imagen de alguien reconocido les garantizará un éxito rotundo en ventas, o que esto se verá reflejado en engagement hacia su marca automáticamente. La realidad es un poco más compleja.
Es un hecho, la personalidad, audiencia, o reputación de un “influencer” puede abonar mucho a tu marca. Esto sucederá siempre y cuando utilices a estos personajes dentro de una estrategia integral de comunicación, con un objetivo claro y un momento de intervención clave afín a lo que quieres lograr. También es importante comprender a qué figura debes acercarte según el momento de tu marca y qué tipo de alianza te conviene hacer con cada uno.
A continuación, te compartimos cuatro categorías en las que dividimos esta clase de participaciones según nuestra experiencia, con algunos ejemplos del beneficio que pueden traer a una marca, según sus necesidades.
Celebridad
Una celebridad tiene un reconocimiento masivo y un atractivo general para muchos tipos de marca. Contratarlas como representantes es una buena opción si buscas crear un vínculo emocional rápido y a gran escala; especialmente cuando tu marca ya cuenta con cierto renombre, cuando quieres llegar de manera sencilla a nuevos territorios o fortalecer tu presencia en ellos.
Recordemos, sin embargo, que una celebridad no necesariamente da credibilidad y que por su perfil masivo pueden hablar bien de tu marca y de muchas otras.
Si estás pensando en optar por una celebridad para tu marca, busca perfiles que encajen con las personas a quienes te diriges o que puedan difundir tu mensaje con naturalidad.
Influencer
Un influencer tiene una presencia en comunidades digitales principalmente y aunque existen influencers de todos los tamaños, generalmente se favorece a aquellos con gran número de seguidores. En general son una opción ideal para marcas que necesiten dar impulso a productos específicos entre grupos de personas bien definidos.
Los influencers pueden promover con más credibilidad que una celebridad ya que podría dar más información sobre el producto o usarlo en un ambiente más “natural” que la campaña publicitaria tradicional. Sin embargo, eso depende del talento y la disposición de cada figura para hablar y promover tu producto de maneras creativas y atractivas.
Cada influencer promueve y colabora hacia sus comunidades, sus seguidores en una plataforma, por lo que es importante comprender también quiénes son esas personas y si son afines al público al que queremos llegar realmente.
Y como dijimos al inicio, la promoción a través de influencers puede verse reflejada en ventas, visitas o registros inmediatos -hay que tener buenas herramientas para medirlos y determinar su éxito-, pero no necesariamente implicarán un involucramiento emocional con tu marca, ni un posicionamiento a largo plazo. Después de todo, al día siguiente el influencer tendrá nuevos productos que promover.
Embajador de marca
Un embajador puede ser lo que necesitas si buscas transmitir un mensaje continuo mediante diferentes campañas, o si deseas trabajar con una persona que esté más comprometida con los valores de tu marca y el mensaje que deseas transmitir. Un embajador puede considerarse una celebridad o un influencer, pero lo que lo diferencia es el compromiso que establecerá contigo y la coherencia entre su imagen y la de tu marca.
Como figura, el embajador de marca puede hablar por ti en distintos medios y momentos, con contenidos constantes que refuercen la percepción de tus productos o de tu marca en situaciones específicas. El enfoque aquí es a mediano o largo plazo y la relación que queremos hacer entre quienes siguen a esta figura y nuestra marca dependerá de la constancia, consistencia y congruencia en que nos comuniquemos.
Los embajadores de marca son sin duda aliados para promoverte y, si se eligen con cuidado y se les dan las herramientas correctas para trabajar, pueden aportar excelentes resultados a tu estrategia de comunicación.
Líder de opinión
En ocasiones, lo que tu marca necesita es un líder de opinión: alguien que tal vez no tenga la mayor audiencia o reconocimiento global, pero entre quienes lo conocen cuenta con el renombre necesario para validarte como marca.
Lo que le distingue de las otras tres figuras es precisamente que aporta veracidad. Los líderes de opinión se recomiendan para marcas en industrias o sectores donde hay desconfianza o incredulidad de parte de los consumidores y se requiere una autoridad adicional que ponga un sello de aprobación.
Aunque no necesariamente es comunicación “de nicho”, lo cierto es que quienes sigan o reconozcan a un líder de opinión serán personas más informadas, interesadas en conocer a mayor profundidad los que consumen o las marcas con las que se relacionan. Lo importante aquí sería analizar tu marca y ver si realmente puede estar a la altura de los estándares de cada líder de opinión, porque estas figuras no están dispuestas a promover productos a ciegas y poner en juego su reputación.
Elige la mejor representación para tu marca
Conocer estas cuatro categorías es sólo el inicio. Puede haber muchas otras maneras de hablar, ordenar y trabajar con influencers y representantes de marca y, como dijimos, cada una funcionará o no de acuerdo a tus necesidades, posibilidades y objetivos.
Al final, lo más importante es detectar qué es lo que quieres lograr con tu marca, a qué personas debes dirigirte con este esfuerzo y qué esperas recibir a cambio Con esos parámetros establecidos, debe ser más fácil navegar el mundo de los voceros de marca y encontrar busca una colaboración que realmente te traiga resultados.
Mientras eliges no pierdas la vista de tu estrategia, los voceros de marca son un recurso, no el fin último de tu comunicación. Si tienes la mente en el panorama de tu marca a largo plazo, podrás trabajar con una celebridad o un influencer, embajador o líder de opinión y lograr campañas atractivas, congruentes y efectivas.