Protege tu negocio, registra tu marca

La esencia de una marca se expresa a través de diferentes elementos: su identidad gráfica, su lenguaje, su presencia digital, la dedicación de su equipo o las experiencias que ofrecen a las personas. Desde un nombre hasta un jingle, las cualidades de una marca son vitales para diferenciarnos en cualquier mercado y, por lo mismo, son susceptibles a ser tomadas por alguien más para ahorrar esfuerzos y ganar reconocimiento fácilmente. Protegerlos, entonces, es indispensable. 

Aunque para muchas personas registrar su marca ante el IMPI es meramente una formalidad, la realidad es que hacerlo tiene muchas ventajas, y proporciona a su propietario seguridad y protección. Con un registro de marca podemos respaldarnos ante competidores emergentes que usen nuestra imagen o repliquen variantes de nuestro nombre e incluso defender las ideas detrás de nuestros productos. 

Muchas veces no queremos creerlo, pero las violaciones a la propiedad de las marcas son más frecuentes de lo que pensamos. Haciendo un registro apropiado de tu marca ante instituciones como el IMPI estás protegiendo tu inversión, tus productos y el trabajo de tus equipos, ante cualquier eventualidad. Pues contarás con un respaldo jurídico y mayor agilidad en caso de una reclamación. 

Otra ventaja que debes considerar es que, cuando una marca está registrada, tendrá mayor valor. Con el registro, conviertes tus ideas en un recurso o valor intangible. Esto significa que puedes contarlo entre el capital de tu empresa o, que si tienes planes y un modelo de negocio que lo permita, podrás incluso desarrollar y vender franquicias con mayor facilidad. 

La legitimación de una marca como registrada, además, ayuda además a tus labores de branding, ya que te da la certeza de poder explorar, capitalizar y crecer a futuro más allá de un producto o servicio. Ya dijimos que las marcas nos ayudan a distinguirnos en un entorno competitivo; mientras más lo fortalezcas y respaldes tus atributos más territorio tendrás por explorar y conquistar. 

Un caso con el que nos hemos encontrado en más de una ocasión en Pájaro Chato es el de grandes negocios que construyeron marcas alrededor y nunca se molestaron en registrarlas y, al momento de querer hacerlo ante el IMPI, se dan cuenta que ya su nombre o elementos de su identidad fueron registrados previamente por alguien más. Y aunque es posible que ninguna de las personas involucradas haya actuado en mala fe, regularizar un proceso que se debió haber llevado correctamente desde el inicio es a la larga más caro, riesgoso y desgastante.

Porque desarrollar los elementos de comunicación de tu marca toman mucho tiempo y esfuerzo, es mejor contar con asesoría legal y orientación ante el IMPI para garantizar desde un inicio que lo que estás construyendo realmente será un recurso a capitalizar y no un conflicto o pérdida a futuro.

Hoy en día es fácil apropiarse de ideas y conceptos ajenos y lucrar con ello; de hecho, en México, los pequeños comercios suelen apoyarse mucho de figuras, logos, nombres e identidad de marcas ajenas, tanto nacionales como internacionales. El registro de tu marca puede ahorrarte muchos dolores de cabeza, por no mencionar que será un excelente motivo para el crecimiento de tu empresa.

Si tienes mucho o poco tiempo con tu negocio, y estás apostando en él, pasar por este proceso es crucial para salvaguardar su bienestar y protegerlo. No lo subestimes y vuélvelo una prioridad: con la seguridad de que tu marca ya está registrada, será más fácil explorar nuevos horizontes para lo que estás construyendo. 

Puede parecer complicado al inicio, pero es un proceso que te dará muchos beneficios; si alguien se apropia o lucra con material de tu marca, tu registro te permitirá defenderte y exigir una penalización. 

Recuerda: lo que estás construyendo es importante. Busca un especialista en derechos de autor e IMPI para asegurarte de que el proceso de registro se lleve a cabo correctamente. Apoyarte de profesionales será la mejor vía para cuidar del futuro de tu empresa.

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Todo sobre las marcas
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No hay duda de que un logo puede hacer una gran diferencia. Y es que convierte la comunicación de una marca y la refleja desde el primer vistazo; si se juegan bien las cartas, incluso puede ser capaz de crear experiencias memorables. Un logo que logra aportar al branding de una marca y además funciona para posicionarla, es definitivamente un elemento ganador. Pero para llegar a esto se tiene que vivir el proceso natural por el que pasa también un elemento gráfico como lo es un logo: reflejarse en el tiempo y tener la capacidad de adaptarse.

Lo hemos visto en muchas ocasiones: los logos de las marcas que adoramos o que están presentes en nuestra cultura también han pasado por épocas de transición. Todo con la finalidad de que su discurso continúe vigente mientras se aplica a su comunicación en todas sus posibilidades. Incluso, muchos de los logos que conocimos en nuestra infancia tampoco fueron su forma inicial. En muchas ocasiones, el logo original poco tiene que ver con el cómo evoluciona, pero lo importante es la habilidad de una marca para posicionarse en su presente, conservar su esencia, y transmitir una identidad.

Un ejemplo claro de esto es el logo de KIA:

Podemos observar que el logo pasó por tres etapas distintas que no se parecen en nada al que conocemos hoy en día. De su primera versión a la segunda cambiaron un logo con demasiados detalles que podían perder de vista el nombre, a una versión totalmente diferente donde era imposible hacerse una idea sobre el giro de la empresa ni su nombre. Para su siguiente forma, comienza a vislumbrarse el nombre “KIA” pero aún es difuso el mensaje. Finalmente, en 1994 aciertan con una primera versión memorable y el color rojo que hasta la fecha es parte de su sello: a partir de ese momento guiarán los siguientes dos bajo una base fuerte que permite identificar la marca, sin importar los cambios, y encontrar una transición en la evolución de una forma a otra.

Otro caso a observar puede ser el logo de BBVA: 

Originalmente aparecen las “BB” que serán parte de su logo hasta la actualidad. Pero del nombre completo “Banco de Bilbao” bastaron sólo dos versiones más para que comenzaran a simplificarlo. Primero, con las iniciales “BBV” en una tonalidad de azul similar a la que conserva la versión actual, pese a que aún está el nombre “Banco Bilbao Vizcaya” debajo. Finalmente, en 2000 pasan a ser sólo BBVA, y para el 2018 hubo una ligera actualización de la tipografía, donde las líneas se vuelven más limpias y la tipografía ya se asemeja más a una mera figura.

Toda marca necesita reinventarse de vez en cuando. Ejemplos como estos dos hay muchos: los logos de Nike, Coca Cola, BMW, Dunkin Donuts, incluso McDonalds: la forma en que se habla a una audiencia cambia a medida que la audiencia también crece, se transforma, y con ella los tiempos y contexto que viven. La evolución de un logo es, finalmente, parte orgánica de su proceso como ser vivo, en este caso una marca que sobrevive al paso del tiempo, se reinventa, y debe aprender nuevos lenguajes y perspectivas desde donde hablarle a las personas.

Noemi Guardado
Jul 10, 2024
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Entre agencias y marcas
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Elegir quién se hará cargo de las redes sociales de una marca implica pensar en diferentes aspectos. La realidad es que a cada quien le acomodan y funcionan estrategias y escenarios distintos, entonces no consideramos acertado decir si es mejor que una marca se haga cargo de su comunicación en redes sociales o que lo haga una agencia de publicidad o marketing. Lo que sí es que podemos compartir nuestra experiencia respecto a esta situación, y por qué elegimos hacerlo de esa manera.

En primer lugar, por eficiencia, en Pájaro Chato consideramos que aporta mucho valor el que una marca sea quien lleve sus redes sociales, ya que en estos casos lo más común es que la marca cuente con un equipo preparado con habilidades y la sensibilidad necesarias para resolver de manera comercial y ser más asertivos con sus ventas, además de tener la información necesaria para conocer su target. Es decir, estas interacciones suelen conllevar a una compra final y no nada más a resolver dudas y brindar información.

Esto hace sentido porque una persona que sólo se encarga de resolver dudas, como lo puede ser un administrador de redes sociales, puede brindar la información necesaria pero probablemente no cuente con la sagacidad de alguien que forma parte de la marca, que la conoce desde adentro, y que tiene el conocimiento y experiencia para encaminar cualquier interacción con clientes para que se concrete en una venta.

Por otro lado, la interacción directa con consumidores permite a la marca tener un insight muy confiable y de primera mano respecto a cómo las personas se comportan con su marca y productos, así como sus preferencias, y evidentemente, esto también puede permitir detectar problemas y oportunidades de comunicación de manera más directa.

Además, en estos casos las decisiones se procesan rápido de forma interna, objetivos de comunicación, interacción con consumidores, etc, lo cual hace que los tiempos de respuesta en atención a cliente sean más eficientes y rápidos, en cuanto a manejo de información.

Otro aspecto importante, que también está relacionado con los puntos anteriores, es la humanización de las personas detrás de un simple cliente potencial. Esto es un factor clave porque, desde nuestra perspectiva, el punto central de todo es comunicar para las personas y siempre tenerlas en cuenta.

Desde nuestra perspectiva, consideramos que uno de nuestros distintivos es que no dirigimos nuestro trabajo a la atención a clientes de una marca, sino que apoyamos en cómo dirigir su comunicación y ayudarles a implementar desde sus redes sociales, por ejemplo, para que sean ellas quienes vivan de primera mano todo el proceso y puedan intervenir de forma eficaz, rápida y eficiente a necesidades del día a día, como hacer activaciones o promociones, pero también tener comunicación directa con las personas, sus dudas y necesidades.

Y nunca olvidemos un aspecto imprescindible que debemos tener en mente siempre: entre mejor conozca a su audiencia una marca, y mejor comprenda cómo satisfacer sus necesidades, y entre más busque crear una comunicación cercana con las personas detrás de cada compra, tendrá más oportunidades de crear un engagement orgánico y genuino, que sólo a través de una cercanía genuina se puede lograr: pensar en las personas, siempre, tiene sus recompensas.

Noemi Guardado
Jun 04, 2024
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Observatorio
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El tema de la Inteligencia Artificial ha dado mucho que hablar en diversos aspectos, y en el caso de la publicidad no es la excepción.Mientras que muchas posturas firman que es una excelente oportunidad para lograr resultados increíbles en el menor tiempo posible, existen también quienes opinan que puede convertirse en una especie de amenaza, lo cual se puede reflejar directamente en menos trabajo para las personas, y con ello un inevitable desplazo del empleo humano. Entonces ¿significa que la IA representa un problema para quienes desempeñan su labor desde lo creativo? En Pájaro Chato consideramos que no.

La utilidad de la Inteligencia Artificial es ineludible: desde eficientar procesos hasta enriquecerlos, se vuelve un elemento clave para exponenciar todas las posibilidades del trabajo publicitario, incluída la parte creativa. Sin embargo, consideramos que esto no suple en absoluto el talento humano, así como la sensibilidad que va de la mano con esto.

Como siempre hemos afirmado, trabajamos con personas, y por eso mismo es indispensable tener en cuenta que un software, por más complejo y avanzado que sea, no podrá suplir la humanidad que hay detrás de un corazón y de una mente que piensa, razona, se inspira, contempla, y llega a increíbles ideas gracias a la imaginación. Todo lo contrario: es la intuición humana, así como la experiencia, las que nutren toda labor, y en publicidad esto es clave. Para llegar a las personas y conectar con la esencia detrás de una marca, necesitamos partir desde el mismo núcleo: personas de carne y hueso que imaginan y que conectan con otras.

Sin embargo, esto no significa que la Inteligencia Artificial no represente una gran ventaja en muchos ámbitos. En publicidad, por ejemplo, consideramos que hay un océano de posibilidades para hacerla nuestra aliada. Gracias a muchos programas, por ejemplo, podemos reducir y optimizar tiempos de trabajo, procesos, facilitar análisis de mercado, expandir procesos creativos, inspirarnos, mejorar la conectividad en equipos de trabajo, e incluso re-imaginar la manera en que podemos pensar la comunicación de las marcas. Desde ese aspecto, trabajar con la IA se convierte en una gran oportunidad para que la labor de las personas rinda mejores frutos: usar como punto de encuentro a la tecnología, para que el corazón y la imaginación humanos se vean beneficiados por ésta. ¿Por qué cerrarnos a las posibilidades, cuando todo lo contrario, estamos en búsqueda de siempre ampliar
nuestros horizontes?

Consideramos que la pregunta no es si la Inteligencia Artificial vino para amenazarnos o ayudarnos, sino cómo desde nuestros procesos podemos hacer de ésta un verdadero punto de inflexión para revolucionar lo que hacemos y dar un giro de tuerca a nuestro trabajo. Si podemos verlo desde esa perspectiva, nos daremos cuenta que aún hay mucho por descubrir, y que basta encontrar los incentivos y apoyos adecuados para dirigir nuestros esfuerzos a nuevos caminos, re-pensar la tecnología con la intención de seguir revolucionando los alcances de la creatividad y su uso en pos de las marcas, así como las personas detrás de ellas y a quienes va dirigida su comunicación.

Noemi Guardado
Abr 23, 2024
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