En momentos de crisis e incertidumbre económica, todas las personas se vuelven más conscientes de sus gastos y a cuánto equivale de su salario los productos que necesita; esto también es conocido como sensibilidad de precio, en otras palabras, cuánto está dispuesta a pagar una persona por un producto o un servicio.
Recordemos que en tiempos de crisis el consumidor estará más atento a ofertas y promociones y que además, valorará a las marcas que cuentan con una mejor relación calidad-precio. Esta es una gran oportunidad para conectar con él de una manera diferente.
Otro de los aspectos que debemos tomar en cuenta es que, a raíz del coronavirus, las personas buscarán productos y servicios que estén libres de riesgos y sigan normas de seguridad e higiene, un factor importante a considerar en cualquier tipo de negocio.
La búsqueda de reducir el contagio también se extiende a la forma de pagar, pues muchos están prefiriendo utilizar tarjetas de crédito, lo que de otra manera también se traduce a compras impulsivas y un aumento del gasto promedio en cada ocasión de compra, lo cuál también nos abre el panorama si contamos con un e-commerce.
Algunas industrias verán más cambios en la forma de compra de las personas que las consumen.
En el sector automotriz:
Podemos considerar que las personas no buscarán comprar un auto nuevo, de hecho, la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) proyecta una caída del 90% en las ventas de vehículos en estos meses.
En cambio, podemos considerar que las personas optarán por realizar servicio y refacciones al vehículo que tienen pues resulta una opción más económica. ¿Esto qué representa para las concesionarias? La zona de atención en el taller tendrá que tomar medidas extras, como por ejemplo, aplicar técnicas de desinfección mediante ozono y procesos que garanticen la seguridad tanto de clientes como de colaboradores. Estas acciones reforzarán la confianza en el consumidor.
En el área inmobiliaria:
Está claro que para la mayoría de las personas los planes de mudanza se han tenido que cancelar o postergar gracias al covid19 y no se diga de las oficinas que han tenido que cambiar a un esquema de trabajo por home office. En sí, el sector inmobiliario se ha visto afectado en los últimos meses debido a la pandemia.
Aún así, el pronóstico no es tan negativo. Se espera que este mercado se estabiliza gradualmente a finales de este año o comienzos del siguiente, iniciando en primera etapa con las operaciones de renta. La Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) contempla un crecimiento a inicios del próximo año como un “efecto rebote” en los planes de renta y compra de vivienda que se vieron parados en estas fechas.
En el sector alimenticio:
Este sector es el que más cambios ha tenido que hacer en el menor tiempo. La urgencia de mantener la capacidad de entrega de suministros críticos y elementos esenciales para todos hizo que esta industria fuera la primera en accionar y buscar protocolos de distancia e higiene para poder seguir operando.
Existe una gran controversia entre que alimentos son primordiales y cuáles no, pero es difícil hacer una distinción y mantener solo una parte de la cadena sin abrir todo el sector, es por esto que esta industria sigue realizando y optimizando sus planes y protocolos para poder mantener productos en los anaqueles.
Cada industria tiene sus retos por delante, pero si todos como sociedad actuamos tomando las precauciones y medidas necesarias podemos hacer que la crisis sea menos difícil y la recuperación llegue mucho más rápido. El trabajo de las empresas y las marcas se convierte entonces, en escuchar a las personas para poder entender cómo están comprando y generar estrategias de precio adecuadas a la situación.
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